Desinformación sistemática: avanza y se adapta de manera peligrosa
- Educación digital y cívica, principales formas de combatirla
- Las publicaciones son realizadas por redactores anónimos
Esteban Tortós
Era una tarde de domingo soleada en el cantón de Turrialba, de esas donde los colores vivos abundan y en el ambiente se respira alegría, paz y un ferviente deseo de compartir con seres queridos.
Precisamente esa era la situación de la familia Sánchez, esperaban con ansias ese rato de café para poder sentarse a charlar bajo la cálida compañía de una tacita “del grano de oro” costarricense.
Todo transcurría en una armoniosa quietud hasta que fue interrumpida por una exaltada conversación entre un tío y su sobrino, en la cual ninguno quería ceder, el tema principal era que Luis, tío de mayor edad de Juan, compartió una noticia que tenía por título: “Bill Gates y las denuncias de microchips”, el cual indicaba que la pandemia del coronavirus es un plan para implantar estos dispositivos en las personas.
“La desinformación sistemática digital está pensada desde el mercadeo con el fin de lograr un objetivo específico que apunta a un público meta que se encuentra en polarizado en los extremos de cualquier tema de discusión, no distingue edad, sexo o niveles académicos”, indicó Gustavo Arias, periodista especializado en detección de noticias falsas.
Esta práctica tiene como característica principal lograr adaptar su forma de divulgación con facilidad de acuerdo a las prácticas de sus objetivos, ya sea en forma de audios, memes, fotografías, videos, etc. Aumentando exponencialmente la velocidad en cómo se comparte.
Este tipo de noticias se redactan bajo el anonimato que imposibilita la capacidad de identificar con facilidad a sus creadores.
La coincidencia de las noticias falsas con lo que piensa el lector debido a ideas preconcebidas de la sociedad es el arma que utilizan los ejecutores de estas prácticas para hacer crecer sus sitios.
El principal modelo utilizado para catalogar una noticia falsa es conocido como “el semáforo”, el cual consiste en hacer un contraste con información contra lo que dice la noticia y explicar la descontextualización de la nota falsa; todo esto con fuentes confiables donde la subjetividad de los medios se inexistente.
La educación debe evolucionar
El concepto de alfabetización digital es el desarrollo de las capacidades necesarias para saber usar las nuevas tecnologías digitales que deben ser usadas de manera responsable.
“La alfabetización digital y la actualización de la educación cívica deben implementarse en todos los ciudadanos”, mencionó de manera tajante el experto.
Arias recomienda siempre cuestionarse la fuente de las noticias cuando se coincide fuertemente con otra y confirmar si las notas son reales antes de compartir con familiares y amigos.
Para el sobrino Luis, haber participado en charlas propiciadas por su lugar de trabajo sobre la forma adecuada de compartir información en redes sociales, ha sido fundamental, por lo que ha tratado de inculcar este hábito entre sus familiares.
Por tanto, ahora los miembros de la familia Sánchez se cuestionan cada vez que algo les parece sorprendente o coincide demasiado con su manera de pensar y realizan una verificación de fuentes con al menos 3 medios antes de compartirlo con el resto de sus familiares y amigos.
